enseñanos a contar bien nuestros dias
Las relaciones personales y sociales se ven afectadas por el uso de la tecnología.
La vida familiar ha sido minada por el avance tecnológico. No existe límite para el uso de muchos dispositivos y el uso inadecuado genera una adicción perjudicial. Cada vez es más común ver a parejas y personas que salen a almorzar, o a tomar un café y todas ellas tienen un celular en la mano; es común verlos con sus ojos clavados en las pantallas de sus celulares haciendo muecas de mal humor o sorpresa o alegría. Y en la mayoria de los casos parecen no estar presentes con quienes comparten tiempo.
un dispositivo movil te acerca a las personas que están lejos, se oye decir; pero en la mayoría de los casos te aleja de las personas mas cercanas a ti. Entonces es facil ver que se tiene mas tiempo para revisar el facebook que para hablar con tus hijos, o con tus padres. Es mas entretenido ver videos en alguna plataforma de streaming o tutoriales en youtube o vimeo que salir a caminar con algun conocido o lo que es peor con los mismos miembros de tu familia.
Pero ninguno se pone a pensar cuando sera su último día sobre la tierra. ni tampoco que le gustaría hacer antes de morir. No quiero que este escrito se vuelva en la muy difundida y conocida pregunta ¿Que te gustaría hacer antes de morir? pretendo invitarlos a detenerse un poco en su afán diario, en su carrera por ser reconocido.
Todas las personas en mayor o menor grado nos vemos afectadas por el anhelo de sobresalir, de ser reconocido, de tener fama. Y algunas más que otras no nos damos cuenta de cómo ese tipo de pensamiento afecta nuestro estilo de vida, nuestra forma de comportarnos tanto en lo público como en lo privado, manchando con ello nuestra carta de presentación personal: " el título de cristiano".
Y es muy fácil seguir la senda que el mundo nos traza, F.F.P.P: Fama-Fortuna-Poder-Placer.
Si queridos lectores en nuestras vidas se han creado necesidades ilusorias como son esas ganas de ser reconocido, o ese apetito por volverse en alguien adinerado y con el poder que otorga el dinero controlar y tener poder sobre la vida de muchas personas. Quien diga que en determinado momento no se ha sentido impulsado por alguna de estas cuatro dominantes se debe a dos razones fundamentales.
Primero: No es consciente de su misma existencia, de su forma de pensar, de reflexionar que es lo que le motiva a actuar, cual es la segunda intensión detrás de sus acciones.
o segundo: Su propio pensamiento que esta muy familiarizado con lo que el mundo le ofrece y sencillamente no le ve nada de malo en buscar algo de cada una de las cuatro dominantes.
Así que hagamos una pausa en estos momentos, los invito a que luego de leer estas lineas hagan los siguientes ejercicios que son muy sencillos.
1. Deje el celular unos segundos guardado en su bolso o en su bolsillo, acérquese a la persona que está a su lado y déle un abrazo. Así porque sí, sin explicación alguna; o déle un beso o dígale que le quiere o que le ama. luego mire la reacción y trate de memorizarla.
2. cada vez que una persona sea quien sea quiera hablar con usted, deje el celular y trate de prestar la mas absoluta atención sobre lo que la persona esta diciendo, mirela a los ojos si puede o trate de mantener el contacto visual. Mucho mas importante si se trata de algún familiar cercano. todos tienen algo que decir y que contar.
3. Pídale sabiduría a Dios para comprender lo frágil que su vida es, pídale que le enseñe a valorar todo lo que lo rodea y que pueda disfrutar de cada cosa con mesura.
Antes que los celulares fueran el mundo ya existía y ya es hora que se dejen los dispositivos a un lado para ver lo que tenemos a nuestro alrededor. No convirtamos el celular en una salida facilista más para esquivar responsabilidades o para olvidarnos del mundo.
No caigamos en la trampa de menospreciar las relaciones familiares por estar conectados con el mundo y estar rodeados de millones de amigos virtuales y a veces hasta inexistentes.
El titulo de este articulo es "Enseñanos a contar bien nuestros días", tomado del salmo 90 verso 12, porque precisamente estamos desperdiciando nuestros días y nuestras vidas dandole mas importancia a una pila de baterías que a las relaciones humanas.
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